domingo, abril 05, 2009

No buscaba a nadie y te vi

Así es como ocurren las cosas. Tengo miles de fotos en mi cámara y todavía no compro el cable para poder bajarlas y verlas en tamaño enorme. Están las fotos de las vacaciones con las niñitas, de los amigurumis, del primer día de clases, y por supuesto!, del concierto de Radiohead. Y Kraftwerk.

Me recuerdo de esa canción bonita de Fito Paéz. Estoy cansada. Este fin de semana han pasado cosas extrañas para las que no estoy preparada aún. También, por primera vez en unos meses, no sentí pena, ni rabia, sino una angustia por darme cuenta de que estuve viviendo casi cinco años con alguien a quien nunca conocí, con quien no tengo nada que me una, pero q lamentablemente no podré dejar de ver porque es el papá de Oh Bebé y seguirá siendolo por siempre. Y que vivo en su casa y manejo su auto y dejé pasar mi tiempo con esa forma tonta que tenemos algunas mujeres de pensar que así es cómo debe ser el amor. Alguien a quien admiré sinceramente, de quien me orgullecí con cada uno de sus éxitos, ese alguien hoy me es tan extraño, me parece tan inconsecuente con sus afectos, hoy vive escoltado por gente a quien él dio la espalda durante mucho tiempo, hoy son su centro de gravedad. Y yo observo desde una distancia solar. Con la sensación de despertar de un largo sueño con alguien que en realidad no conozco pero que en el sueño parecía familiar.

Con ese letargo de pesadilla recién digerida, tropiezo con unos ojos cristalinos que insisten en comprobar los míos. No puedo abrirlos, sólo de reojo, casi como en un gesto de alerta, pero no de ganas. Mi tierno observante me roba una sonrisa. Y su piel huele deliciosa.